
Una alternativa económica, sostenible y culturalmente relevante frente al tradicional sistema de construcción con hormigón, es lo que propone la profesora, investigadora y coordinadora de la Maestría de Estructuras Civiles Sismorresistentes de la Facultad de Ingeniería en Ciencias de la Tierra (FICT) de la ESPOL, Natividad García Troncoso. Ella es la directora de un proyecto que busca abordar la problemática del déficit habitacional en Ecuador.
Según cifras del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (MIDUVI) se estima que en el país existe un déficit total de 2.744.125 viviendas, de las cuales el 65,8 % representan viviendas irrecuperables.
Bajo el nombre "Comportamiento Estructural del Bahareque Cementado para Vivienda Social", el proyecto consiste en la propuesta de una vivienda unifamiliar de bahareque encementado.
El bahareque encementado consiste en un esqueleto estructural de caña guadúa angustifolia kunth (Gak), bambú guadúa o madera, que está cubierto por una matriz de caña picada o esterilla, que es fijada al esqueleto con clavos de acero. Posteriormente, se clava una malla de alambre o de gallinero, la cual actúa como refuerzo para la adhesión del mortero de cemento. Finalmente, se revoca el muro con una capa de mortero de cemento para formar un muro sólido y resistente.
La idea de la investigadora surgió en el 2020, cuando regresó de su doctorado en el Imperial College London. A partir de entonces, en el 2021 propuso a sus estudiantes desarrollar una tesis relacionada con este tema, tomando como caso de estudio un cantón de la provincia de Manabí.
El sistema que propone la investigadora utiliza materiales locales como la caña guadúa, lo que permite una reducción de hasta el 37 % en los costos de construcción en comparación con estructuras de hormigón. Además, presenta un menor impacto ambiental por la reducción significativa de emisiones de CO₂; y un buen comportamiento sísmico al ser una estructura más liviana que cumple con los requisitos de las normativas locales e internacionales.
El proyecto incluye aspectos como:
- Diseño estructural basado en las normativas NEC-SE-Guadua y la Norma Andina.
- Modelos de elementos finitos.
- Elaboración de planos arquitectónicos, estructurales y de instalaciones.
- Análisis de costos, presupuesto y evaluación de impacto ambiental.
- Ensayos experimentales en muros de bahareque encementado para validar su desempeño estructural.
En la fase actual del proyecto participan también los investigadores Juan Pablo Molina, Ken Tello Ayala y el ayudante de investigación Miguel Vergara, todos de la ESPOL; además de ingenieros externos como Cecibel Zambrano de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) y Diego Sosa con su equipo de la Escuela Politécnica Nacional (EPN).
Los principales beneficiarios del proyecto son las comunidades de bajos ingresos, para quienes esta propuesta representa una oportunidad de acceso a viviendas dignas, sostenibles y seguras. Además, promueve el uso de materiales tradicionales con un enfoque de innovación tecnológica.
"El bahareque encementado es un sistema innovador que combina materiales naturales con tecnología moderna para mejorar la resistencia, durabilidad y accesibilidad a la construcción de viviendas sostenibles y seguras", destaca Natividad García Troncoso.
Los siguientes pasos del proyecto incluyen la elaboración de guías técnicas, la presentación de resultados en conferencias y revistas internacionales y la participación en convocatorias para la construcción de una vivienda tipo y realizar ensayos de caracterización y capacidad estructural.