
En su gira por Ecuador, la Chela Científica llegó por primera vez a Cuenca. En un ambiente ameno y distendido, se abordó la importancia de la agrodiversidad y su papel en la sostenibilidad reduciendo el impacto ambiental.
La Universidad de Cuenca se sumó a la ESPOL para esta edición, con la finalidad de llevar la ciencia e innovación en ambientes relajados, entre amigos y colegas. En esta oportunidad la sede fue el bar Chill & Chela, que contó con una asistencia aproximada de 100 personas.
Entre los panelistas estuvieron el decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Cuenca, Eduardo Chica; el director del Centro de Vinculación e Investigaciones Rurales de la ESPOL, Ramón Espinel; la jefa de sostenibilidad de Arca Continental, Diana Marchan y el analista de Bioinsumos de Agroazuay, Wilson Porras.
Ramón Espinel destacó la importancia del pequeño agricultor, que en Ecuador produce el 80 % de los alimentos. “Es vital el apoyo en el campo, son ellos (productores) quienes protegen la biodiversidad con policultivos y abasteciendo a la agroindustria con materia prima”, dijo.
Por su parte, Eduardo Chica apuntó al intercambio de experiencias, saberes y tecnología, con la finalidad de aportar a la sostenibilidad de los sistemas agrícolas en el planeta.
“Tenemos que pensar desde la complejidad y en que tenemos que confiar en los demás, queremos relaciones justas con el campo, tener comida de aquí a 50 años y no quedarnos sin planeta, caminemos juntos hacia eso”, dijo Eduardo Chica.
Diana Marchan y Wilson Porras contaron las experiencias e implementaciones de políticas en las empresas donde laboran, para promover la ganadería sostenible y el uso de tecnología para la producción de alimentos saludables y de consumo masivo.