
Luego de haber estado en Quito, Cuenca y Manta , la Chela Científica itinerante llegó a las islas Galápagos. Su objetivo: seguir acercando la ciencia, la tecnología y la innovación a la ciudadanía.
El evento se realizó en Puerto Ayora, en la cervecería La Birra, donde se dieron cita residentes del Archipiélago, investigadores y directivos de la ESPOL, e incluso turistas de otros países.
En esta, su vigésimo novena edición , la Chela científica abordó la resiliencia de las islas Galápagos ante los efectos del cambio climático. Para esto, contó con la participación de:
- Carlos Guaipatín, especialista en innovación del Banco Interamericano de Desarrollo
- Carlos Monsalve, Vicerrector de I+D+i de la ESPOL
- Mercy Borbor, docente e investigadora de la ESPOL
- Diego Añazco, director de Comunicación del Aeropuerto Ecológico de Galápagos
Durante el evento, se explicó que la ESPOL ha desarrollado proyectos en Galápagos ─especialmente de investigación─ desde hace más de 15 años; y que consolidará su presencia en el Archipiélago con la construcción de un campus en la isla Santa Cruz.
Esto último se desarrollará con el apoyo del Consejo de Gobierno del Régimen Especial de Galápagos, que cedió a la ESPOL, en comodato, un terreno de una hectárea en la ya mencionada isla.
Durante su intervención, Mercy Borbor explicó que para poder ser resilientes se debe entender dónde están las vulnerabilidades. En este sentido, compartió con los presentes el trabajo que desarrolla junto a un grupo de investigadores politécnicos para generar una línea base de conocimientos que permita entender cómo los eventos generados por el cambio climático pueden impactar en sectores de Galápagos, como los ecosistemas marino-costeros y los de agua dulce, así como en los sistemas agrícolas y en la salud humana.
El proyecto se llama Desarrollo Climático Resiliente para Galápagos (CLIMRED). Los resultados ─explicó la investigadora de la ESPOL─ tenían previsto ser entregados al día siguiente a las autoridades de las islas, del Consejo de Gobierno y del Parque Nacional Galápagos, además de otros interesados que acudieran al evento de presentación en el Archipiélago.
El vicerrector Carlos Monsalve señaló que no puede haber una propuesta de resiliencia sin ciencia, educación, ni un compromiso colectivo entre la academia, el sector público, la sociedad civil, teniendo siempre en cuenta todo el ecosistema diverso de las islas.
A continuación, Diego Añazco, destacó que con casi 30 años viviendo en Galápagos, para él la resiliencia es cotidianidad. “Porque quienes vivimos en la isla nos enfrentamos a diario a este reto de tener una actitud como ciudadano acorde al entorno en el cual vivimos”, añadió.
Además, detalló aspectos cómo cuando en el año 2014 Galápagos logró tener el primer aeropuerto ecológico del mundo, que no se construyó de manera paralela a la pista de aterrizaje, sino a 45 grados de esta, para aprovechar el viento oceánico y mantener una temperatura agradable sin utilizar aire acondicionado, y con paredes de roca volcánica que “bloquean” el sol en los momentos del día en que más fuerte impacta.
En el caso de Carlos Guaipatín, desde el área de la innovación social, señaló que al hablar de resiliencia y cambio climático tocamos el tema del cambio, y que la respuesta a todo cambio debe ser innovar, involucrando a los beneficiarios de cualquier proceso, porque es posible que ellos no tengan el conocimiento para resolver el problema, pero sí tienen información importante para diseñar las soluciones.
En su próxima edición, La Chela Científica se llevará a cabo en la ciudad de Tena, en la región amazónica, mientras que en noviembre Guayaquil acogerá la última Chela Científica del 2025. Las fechas de los eventos serán anunciadas en las redes sociales de ESPOL Divulga.