
Jorge Niola recuerda con claridad el día que ingresó a la ESPOL en 2005. Venía con el impulso familiar de alcanzar un título politécnico y, aunque al inicio tuvo tropiezos, encontró en la resiliencia y la disciplina la fórmula del éxito.
Hoy está al frente de una empresa líder en optimización energética, pero su camino no fue lineal. En la universidad perdió materias clave y tuvo que cambiar de carrera -de computación a electricidad- hasta encontrar su verdadera vocación.
“Las cosas no siempre salen a la primera, lo importante es seguir intentándolo”, recuerda. Dice que los fracasos son parte del aprendizaje y por eso tomó cada revés como un impulso para plantearse nuevas metas.
Se graduó como ingeniero eléctrico en el 2011 e inició sus pasantías en Schneider Electric, donde trabajó seis años y aprendió las bases del negocio energético, la automatización y la importancia del networking. Esa etapa se convirtió en una verdadera escuela profesional.
Lejos de desanimarse cuando fue desvinculado, la salida de esta empresa sirvió como impulso para fundar Techies, compañía que hoy lidera proyectos y servicios de eficiencia energética y automatización en Ecuador y en países como Chile, República Dominicana, Canadá y Australia.
Dice que esa resiliencia la aprendió como politécnico y por eso nunca rompió el vínculo con su alma mater. Ha regresado en varias ocasiones como conferencista y este año Techies y ESPOL firmaron un convenio para potenciar la eficiencia energética del campus Gustavo Galindo Velasco.
Hoy, a sus 38 años, asegura que su éxito se sostiene en pequeñas mejoras diarias. “No se trata de saltar de cero a cien, sino de avanzar paso a paso”, afirma. Ese enfoque lo ha llevado a consolidar su empresa y a inspirar a nuevas generaciones de ingenieros.
Además de su aporte a la ESPOL, también ofrece conferencias en instituciones y colegios dentro y fuera del país, convencido de que el verdadero impacto de un graduado politécnico está en lo que construye, pero también en lo que transmite a quienes vienen detrás.