Maricruz Fun Sang, graduada de la ESPOL, impulsa soluciones globales desde Brasil

Maricruz
9 de diciembre de 2025

El trabajo de Maricruz Fun Sang, Alumni ESPOL, tiene impacto global. Desde el International Council on Clean Transportation (ICCT), en Brasil, impulsa investigaciones que evalúan la eficiencia de embarcaciones y reducen emisiones en el transporte marítimo.

Sus estudios alimentan políticas públicas y decisiones técnicas en organismos como la Organización Marítima Internacional. Su visión integral del sector nace de su paso por ASTINAVE, la Autoridad Marítima, universidades, consultorías y otros proyectos.

El camino hacia ese liderazgo comenzó en la ESPOL. Maricruz es graduada de la carrera de Ingeniería Naval, a la que accedió por recomendación de una amiga y donde descubrió su pasión entre la combinación única de diseño, operación y mar.

Los primeros años como politécnica fueron exigentes, pero la guía de sus maestros le enseñó que la excelencia profesional requiere integridad y solidaridad. Esa base académica y ética la acompañó en cada reto.

Brasil fue el país donde consolidó su trayectoria. Primero llegó como estudiante de intercambio en la Universidad de São Paulo y luego regresó por un proyecto de ASTINAVE. En 2014 inició su maestría en la Universidad Federal de Río de Janeiro, con una hija de seis meses y años de experiencia previa. Más tarde completó un doctorado atravesado por la pandemia.

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Un profesional debe ser flexible y estar dispuesto a aprender constantemente y asumir nuevos desafíos. Brasil ha sido un camino desafiante, pero quien trabaja con dedicación logra sus metas”, dijo esta integrante de la comunidad Alumni ESPOL.

En 2023 recibió el reconocimiento ‘Mérito Migrante Ecuatoriano Destacado’, un logro que vivió como un homenaje a su familia. También es escritora y voluntaria, actividades que complementan su vida profesional. Para ella, ser ingeniera es solo una parte de un compromiso más amplio con su comunidad.

Vivir lejos de Ecuador no ha sido fácil, pero su motivación está en su hija y en los valores que heredó de su familia. Asegura que la distancia duele, aunque también la impulsa a crecer y a dejar una huella en el lugar donde se construye un futuro.

Aprovechó para motivar a los estudiantes de la ESPOL que sueñan con una carrera internacional, les aconseja esforzarse más allá de lo mínimo.

“Estudien, esfuércense, aprendan idiomas, adquieran nociones de programación (…) no se conformen con lo mínimo. Nada es imposible; los límites los ponemos nosotros mismos”, dijo.