Politécnicos proponen soluciones sostenibles y viables para contrarrestar las cíclicas inundaciones de Guayaquil

Mié, 05/05/2021 - 09:50

La escena se repite todos los inviernos. Guayaquil se inunda, y se producen muchas complicaciones para la población de la ciudad. No es solo la congestión vehicular por las lluvias, lo más preocupante es que anualmente existen casos graves de afectaciones a viviendas y negocios de habitantes de la ciudad. Al terminar la temporada de lluvias, este tipo de problemas solo deberá esperar un año más para volver a aparecer, pues afecta a los ciudadanos de manera cíclica. 

¿Cómo mitigar el impacto de las lluvias extremas? Expertos politécnicos nos explican lo que ocurre en Guayaquil y cómo los espacios naturales y multipropósito son las alternativas más viables de solución, a largo plazo.

Tenemos una cultura de desarrollo gris
El director del Centro de Agua y Desarrollo Sustentable (CADS) de la ESPOL, Luis Domínguez, se refiere de esta manera a las cubiertas de cemento y asfalto de la ciudad, “Guayaquil ha enfrentado problemas de desarrollo no planificado y con eso ha venido la impermeabilización (…) cuando hablamos de soluciones a las inundaciones muchos tienen en mente obras grises, pero es un tema no suficientemente difundido, que las soluciones verdes también existen y son viables”, afirma el experto.

El profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Tierra (FICT), Mijail Arias, coincide con esta visión. Afirma que los sistemas de drenaje pluvial están diseñados para soportar cierto volumen de agua en un determinado tiempo, pero que, con la tendencia del cambio del uso de suelo hacia la obra gris, este se ve afectado.  

“Cuando conversamos con nuestros abuelos, nos cuentan que tenían su patio de tierra y cuando llovía, esta lluvia era absorbida, infiltrada por ese patio. Para que haya inundación tenía que ser un evento de 18 horas con intensidad de 50 milímetros sobre hora. Ahora, la misma lluvia y volumen ya no se infiltra, sino que va directo del techo al piso, y de ahí al sistema de drenaje”, comenta Mijail.

A esto se suman varios factores como el nivel de la marea que, cuando está alta, hace que el sistema de drenaje se tapone. Sin embargo, el profesor de la FICT aclara que, aunque en el mundo se está produciendo un cambio climático, localmente, en el volumen anual de lluvias hay un patrón que no varía mucho, pero, por la impermeabilización, los sistemas de drenaje colapsan.

Soluciones integrales que incorporen el entorno natural
Como resultado de un proyecto en el que la ESPOL, en conjunto con la Cooperación Holandesa y la Municipalidad de Guayaquil, participó para mejorar la resiliencia frente a inundaciones en la parroquia Febres Cordero, se plantearon algunas estrategias integrales que involucran una combinación de soluciones “verdes, azules y grises”. 

La ESPOL desarrolló un modelo computacional que simuló una lluvia típica de Guayaquil.  Al correr el piloto, se pudo evidenciar cómo este tipo de soluciones no convencionales eran viables para aplacar el problema de las inundaciones.

El docente e investigador de la FICT, Carlos Rodríguez, detalla algunas de las estrategias planteadas, que podrían aplicarse en diferentes sectores de Guayaquil:

Soluciones verdes: 
Áreas verdes o jardineras en las aceras que capturen agua en eventos de lluvia extrema. Combinadas con sistemas de infiltración pueden recolectar agua y transportarla de manera subterránea, que luego pueda alimentar acuíferos, a través de otras estructuras.

Parterres vegetados, concebidos no solo decorativamente, sino con la función expresa de retención de agua.

Pavimento permeable o adoquín ecológico, el pavimento permeable permite que el agua se filtre a través de él, con una tasa de flujo suficiente para impedir que los eventos de lluvia produzcan inundaciones importantes, además produce beneficios adicionales como propiciar condiciones de conducción más seguras e, incluso, causa un efecto aislante que reduce el nivel de decibeles generado por el tráfico vehicular. 

 

Hormigón permeable que permita el paso del agua hacia el suelo natural. 

Muros verdes con vegetación que retenga agua y que equilibre el efecto “isla de calor”, que es el incremento de la temperatura ambiental en zonas densamente pobladas.

Techos verdes con vegetación en la cubierta de las casas. Pueden ser de tipo intensivo con gran cantidad de sustrato y en el que se pueden crear, incluso, huertos orgánicos; o de tipo extensivo que requieren poco mantenimiento. 

Transformación de carriles del sistema de transporte público Metrovía, la propuesta es que en dicha red de transportación, las partes de la vía por donde pasan las llantas de las unidades continúen siendo aptas para rodar, pero que se aproveche el ancho del carril, para que todo el espacio central, entre llantas, pueda ser vegetado.

Soluciones azules:
Uso de tanques o barriles, crear la costumbre sostenible de recolectar agua para usos secundarios, usando bajantes de aguas lluvias que desemboquen en grandes tanques o barriles.

Plazas o parques de inundación, que consisten en la construcción de parques con gran nivel de absorción por su vegetación y que estén situados por debajo del nivel del terreno, con graderíos, en zonas propensas a inundaciones.

Cisternas de recolección de agua en sitios públicos, para evitar que el sistema de drenaje de Guayaquil colapse, se puede conducir un gran volumen de agua, por ejemplo, hacia amplias cisternas ubicadas debajo de áreas deportivas, para luego evacuar dicha agua cuando baje la marea o, mucho mejor aún, reutilizarla en funciones secundarias, como el riego de la vegetación de la ciudad.

Soluciones grises:
Válvulas antirretornos que van hacia los esteros y que permitan el paso del agua en un solo sentido.  En zonas de ribera se pueden incluir medidas que combinen una solución gris como la construcción de un dique, con zonas aledañas de recreación.

Beneficios de las soluciones no tradicionales
Son obras de beneficios múltiples que, además de brindar una solución para evitar las inundaciones, generan espacios permanentes de recreación que atraen la biodiversidad, reducen la temperatura en la ciudad, y evitan, en muchos casos, la contaminación. Actúan como filtros para que las aguas lluvias no lleguen directamente al sistema de alcantarillado.

Adicionalmente, la inversión e intervención es menor en comparación con soluciones tradicionales; y se pueden implementar de manera gradual.  Los expertos como la docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas, Heydi Roa, afirman que para su aplicación se debe priorizar la vulnerabilidad de la población en las zonas a intervenir, en cuanto a sus dimensiones físicas, sociales y económicas. 

Como referencia, la implementación promedio de estas estrategias tiene un costo estimado a nivel de ante-presupuesto paramétrico de 48 USD por metro cuadrado.

De los resultados que se evidenciaron en la simulación del plan piloto aplicado en la parroquia Febres Cordero de Guayaquil, se generó una reducción del 70% en la superficie total inundada y una mejora de hasta el 80% en el tiempo de drenaje de agua, además, en las zonas de tránsito vehicular se redujo a la mitad el volumen acumulado de agua, con respecto a lo que se observa hoy en un evento típico de lluvia. En países como Holanda, Dinamarca, Alemania, República Checa, Estados Unidos; y en nuestra región, Brasil y Uruguay, se implementan con éxito esta clase de medidas.

En Ecuador, según nuestros expertos politécnicos, lo más importante es comenzar a trabajar desde ahora en procesos participativos con las autoridades y la comunidad, para crear planes a largo plazo que incorporen una combinación de estas medidas verdes, azules y grises. Esto, sin dejar de lado la oportunidad de implementar un modelo de urbanismo sostenible, en aquellas zonas que aún no han sido completamente urbanizadas y, que hoy, tienen un gran potencial para estas nuevas estrategias.

Imágenes: De Urbanisten.