En la ESPOL, en el Centro de Interpretación del Bosque Protector La Prosperina, se encuentra un vivero de reproducción de plantas que da vida a miles de nuevas especies nativas del Bosque Seco Tropical: Guayacán, Caoba, Laurel, Pechiche, entre otras.
A este vivero se lo denominó “Nativo” y fue inaugurado oficialmente este miércoles 8 de junio con la participación de autoridades de la Dirección de Ambiente y Preservación de Áreas Verdes del Municipio de Guayaquil y ESPOL, además de miembros de la comunidad politécnica e invitados.
“Nativo” nace por un convenio firmado entre el Gobierno Autónomo Descentralizado de Guayaquil y ESPOL, para beneficiar a la ciudad a través de la producción de especies nativas que serán utilizadas para la restauración ecosistémica en distintas áreas que serán determinadas por el Municipio.
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La rectora de la ESPOL, Cecilia Paredes, recordó -durante su intervención- que el vivero se mantuvo funcionando para satisfacer los requerimientos institucionales y de otras localidades hasta que llegó la pandemia y la producción se detuvo; sin embargo, hoy en día está reactivado para el servicio de toda la colectividad.
“Esta iniciativa nos ofrece grandes beneficios como posibilitar la investigación con respecto a la fenología de las especies. La capacitación, tanto para estudiantes como trabajadores; así como propiciar que especies que están en peligro de extinción no desaparezcan con el pasar del tiempo. También está en consonancia con el derecho de los guayaquileños de vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado; así como contribuir a la preservación del ambiente, la conservación de ecosistemas, la biodiversidad, la integridad del patrimonio genético del país y la recuperación de espacios naturales”, manifestó.
Con esto coincide María Fernanda Rumbea, directora de Ambiente y Preservación de Áreas Verdes, quien dijo que el valor de las especies que se producen en este vivero es incalculable por sus beneficios ecosistémicos, por ejemplo, son el hogar también de animales representativos de la urbe como el papagayo.
“La sabiduría de la naturaleza nos va a permitir conservar y restaurar el Bosque Seco Tropical, altamente amenazado a nivel mundial, en Guayaquil solo tenemos un remanente del dos por ciento de este ecosistema”, enfatizó.
Vivero “Nativo”
Durante este evento se realizó un recorrido por el vivero, en donde se evidenció los procesos productivos y las técnicas de reproducción utilizadas para la multiplicación de las especies.
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Uno de los funcionarios del Municipio de Guayaquil explicó que todo comienza con la recolección de semillas que se encuentran en los remanentes de bosques secos y bosques protectores de la ciudad.
Luego en el vivero, se clasifican y empiezan un proceso de germinación. Después, de un periodo de adaptación, son trasladadas al área de aclimatación y crecimiento para que finalmente sean utilizadas en los programas de reforestación y restauración de áreas específicas.
Para el profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Vida (FCV), Edwin Jiménez, los viveros son lugares dedicados a la producción, multiplicación o micropropagación de plantas provenientes de semillas y material vegetativo seleccionados de acuerdo con la calidad y vigor. “El objetivo de los mismos es asegurar un abastecimiento constante para desarrollar programas de repoblación de sitios erosionados, ornamentar calles, avenidas, parques, recuperar cuencas hidrográficas, etc.”, complementó.
Este evento de inauguración fue amenizado por el Ballet Neoclásico de ESPOL Cultural.