Plataformas de adobe, descubrimiento arqueológico que sitúa a Valdivia como una cultura pionera en el contexto de Andino América

Vie, 08/11/2019 - 15:43

Desde su descubrimiento en 1971 por el Dr. Jorge Marcos Pino, el yacimiento arqueológico Valdivia Real Alto nos ha brindado importante información sobre la cultura Valdivia, que se desarrolló entre el 3500 y el 1800 a.C. en la costa occidental de Ecuador. Agricultura temprana de maíz, ají, yuca, entre otros; cincuenta formas distintas de cerámica; la presencia de la fase San Pedro, anterior a Valdivia. Así también, ha permitido conocer que se desarrolló el tejido en telar, demostrando que contaban con la tecnología necesaria para hacer velas y navegar a distancia.

Este yacimiento arqueológico ubicado en la comuna Pechiche de la parroquia Chanduy, en la provincia de Santa Elena, sigue ofreciendo novedades importantes para el conocimiento del modo de vida y el desarrollo social y tecnológico en una época tan temprana. En esta ocasión, se trata del descubrimiento de una plataforma de adobe que sostenía estructuras de casas hace por lo menos 5350 años atrás.

Jorge Marcos y Omar Olivo del Olmo, profesores de la Licenciatura en Arqueología y del Centro de Estudios Arqueológicos y Antropológicos de la ESPOL explican que durante el mes de agosto, mientras realizaban trabajos de excavación para la conservación integral del yacimiento, localizaron una base o plataforma formada por adobes plano-convexo, que dio soporte a las diferentes estructuras de casas que conformaron Real Alto ya desde la fase 2  hace 5350 años. “Creíamos que ya habíamos dado con las bases de las casas, pero esta vez fuimos más bajo y nos encontramos con bloques de adobe, que en Perú y en México se usaron miles de años después”, dijo Jorge Marcos.

Lo más temprano que se había descubierto en cuanto al uso de bloques de adobe fue en el sitio arqueológico Uña de Gato en Tumbes, Perú, hace 3490 años. 

En este sentido, esta nueva información produce un cambio fundamental en la manera de entender Real Alto, no solamente como población en crecimiento, sino por la capacidad de desarrollo tecnológico y arquitectónico tan adelantada para esa época en el contexto de Andino América. Hasta ese momento ninguna sociedad de la región había logrado planificar y modificar el espacio a gran escala, a través del trazado y construcción de montículos elevados, plazas y plataformas habitacionales sobre las que se alzaban estructuras de bahareque. El bahareque es la denominación de un sistema de construcción de viviendas a partir de palos o cañas entretejidas y barro.  

Esto coloca nuevamente a Real Alto como pionero en el desarrollo infraestructural, y demuestra que posiblemente sus habitantes habían alcanzado una organización que se puede definir como una comunidad tribal no jerarquizada dedicada a la producción doméstica. 

Valdivia Real Alto, de 12.5 hectáreas, es uno de los mayores centros urbanos del periodo formativo de América. Las investigaciones arqueológicas continuarán para determinar la complejidad del sistema constructivo del yacimiento, y confirmar la antigüedad del mismo; sin embargo, se presenta ya como uno de los sistemas de arquitectura de tierra más antiguos de la región y de ser así, Real Alto sorprende una vez más, marcando nuevos hitos como lo fue el descubrimiento en 1975 en la rampa del Osario, del uso inicial de la diada religiosa Andina Spondylus y Strombus. 
Sin duda las investigaciones del yacimiento Valdivia Real Alto, y los resultados que se van obteniendo, se suman al reconocimiento mundial que ha adquirido, y constituyen un orgullo y un referente de identidad para la sociedad ecuatoriana contemporánea.

La presentación de este nuevo hallazgo, realizado en el complejo Real Alto, formó parte del Congreso Internacional Caminos y Encuentros en América Indígena, organizado por la Espol, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y que se desarrolló en ESPOL desde el 5 al 9 de noviembre.

Sobre Jorge Marcos Pino

El doctor Jorge Marcos Pino obtuvo su licenciatura en filosofía inglesa por la Universidad de Harvard. Posteriormente obtuvo su maestría y doctorado en Antropología por la Universidad de Illinois de Estados Unidos. Es el fundador de la carrera de Arqueología en la ESPOL en la cual ha dictado clases desde su apertura en 1980 y su reapertura en el 2017; también, fue director del programa de Maestría en Arqueología del Neotrópico de la ESPOL.